–¿Qué pasaría si fueras un gato?
–Si yo fuera un gato…
La respuesta a la pregunta con la que da comienzo el relato de Paloma Sánchez Ibarzábal abre un abanico de divertidas posibilidades que dan origen a este gracioso álbum (y a su título).
En muchos cuentos, los protagonistas son animales antropomórficos: se comportan, se visten y actúan como si fueran seres humanos. Sin embargo, en este cuento se invierte la situación y se coloca a una persona al otro lado del espejo.
Tampoco en este caso la transformación es producto de un hechizo, tal y como sucede en
múltiples cuentos en los que los protagonistas son príncipes o princesas convertidos en ranas, ciervos, cisnes…
Si yo fuera un gato es una propuesta divertida, a modo de juego, que permite tomar conciencia de la realidad (vivencias, emociones, necesidades…) del otro con el objetivo último de entenderlo mejor. “Ponte en mi lugar”, solemos apelar para facilitar la comprensión de nuestras decisiones o comportamientos. No hay duda de que la mejor manera de conocer al otro es a través de lo que
comúnmente –y de modo figurado– llamamos “ponerse en su piel”. A menudo reprobamos con un “yo no lo haría”, creyendo erróneamente que lo que está (o no) bien para nosotros, lo está indiscutiblemente para los demás.
El relato de Paloma Sánchez Ibarzábal nos recuerda que no a todos nos divierte lo mismo y nos advierte de la posible injusticia que podemos estar cometiendo cuando lo damos por hecho.
Autora: Paloma Sánchez Ibarzábal
Ilustradora: Anna Llenas
EDITORIAL
Timun Mas Infantil
A partir de 3 años | Álbumes ilustrados
COLECCIÓN
Cuentos para regalar
ENCUADERNACIÓN
Cartoné
Nº PÁGINAS
40
ISBN
978-84-08-16034-2
EAN
9788408160342
DIMENSIONES
230 x 250 mm.
FECHA PUBLICACIÓN
06-09-2016
Timun Mas Infantil
A partir de 3 años | Álbumes ilustrados
COLECCIÓN
Cuentos para regalar
ENCUADERNACIÓN
Cartoné
Nº PÁGINAS
40
ISBN
978-84-08-16034-2
EAN
9788408160342
DIMENSIONES
230 x 250 mm.
FECHA PUBLICACIÓN
06-09-2016
Ana Llenas: la ilustradora
Las ilustraciones de Anna Llenas refuerzan el carácter divertido y entrañable del relato con personajes graciosos y tiernos. Muchos de ellos no aparecen en el relato textual de Paloma Sánchez Ibarzábal, como el pícaro e inseparable ratón, con los que se acrecienta el tono divertido y afectivo de la historia con la que Anna Llenas se identificó desde un principio: “Cuando me encargaron el proyecto me puse muy contenta. Por unos días me podré poner en la piel de mis gatitos”.
Al inicio de un trabajo, a esta ilustradora le gusta familiarizarse con los personajes, poniéndolos en diferentes situaciones y “compromisos”, los que sugiere el texto y otros nuevos... “es una manera de abordar y ponerme en la piel del personaje”, aclara. En este caso, este estudio de situaciones se puede comprobar en las guardas del libro.
La técnica empleada ha sido la del collage con papeles y cartones pintados previamente en acrílico. De este modo, incorpora volumen al dibujo plano con el objeto de que se perciba lo rústico del material. Para este trabajo, ha aprovechado recortes de cajas de transporte, de cereales, envoltorios… para componer la ilustración tipo diorama o escenario teatral.
El resultado es un collage muy volumétrico en el que se percibe el grosor, los detalles y la textura del material empleado como base. En cambio, las escenas tienen fondos simples, nada recargados, “que dejan espacio abierto a que el lector entre, mueva, toque y complete la historia con su propia imaginación”, concluye la artista.
Al inicio de un trabajo, a esta ilustradora le gusta familiarizarse con los personajes, poniéndolos en diferentes situaciones y “compromisos”, los que sugiere el texto y otros nuevos... “es una manera de abordar y ponerme en la piel del personaje”, aclara. En este caso, este estudio de situaciones se puede comprobar en las guardas del libro.
La técnica empleada ha sido la del collage con papeles y cartones pintados previamente en acrílico. De este modo, incorpora volumen al dibujo plano con el objeto de que se perciba lo rústico del material. Para este trabajo, ha aprovechado recortes de cajas de transporte, de cereales, envoltorios… para componer la ilustración tipo diorama o escenario teatral.
El resultado es un collage muy volumétrico en el que se percibe el grosor, los detalles y la textura del material empleado como base. En cambio, las escenas tienen fondos simples, nada recargados, “que dejan espacio abierto a que el lector entre, mueva, toque y complete la historia con su propia imaginación”, concluye la artista.